lunes, 3 de octubre de 2011

Capitulo 19




Aquéllas dos semanas llegaban a su fin y no es que extrañase el colegio ni mucho menos pero quedarse encerrada en esas cuatro paredes, dejando que su mente terminara de perder la poca cordura que aun quedaba en ella, ya  no estaba más entre sus planes.

Necesitaba retomar su vida anqué no tuviese la mínima idea por donde iniciar, suponía que reiniciar sus actividades normales como asistir al colegio despejaría un poco su cabeza. 

Su abrigo negro mas su bolso abarrotado con los útiles del colegio yacía sobre su cama mientras Helena de pie frente a la venta se abrazaba a si misma tratando de apaciguar aquella sensación que la embargaba… A ella, por primera vez en mucho tiempo, por vez primera quizás,  reconocía que era ella. 

No podía explicarlo, ni una sola palabra de su vasto  y oculto vocabulario podría expresar  lo que ocurría en ese momento, pánico, desconcierto, incertidumbre como olas, como las mismas olas  cada una de las sanciones la golpeaba de a poco.


“I wish that you would just leave
Cause your presence still lingers here
And it won't leave me alone”


Estas lista? –Quiso saber- Al entrar en la estancia, B-B había tocado un par de veces para anunciar su presencia más Helena parecía no haberse percatado de ello.

Supongo… -Respondió- Un tanto confusa minutos después

No tienes que ir si no deseas

No, está bien… Supongo- sonrió- que me hará bien

El tema parecía haber quedado en el limbo Helena guardo silencio como era su costumbre la mayor parte del camino al colegio,  abrió la boca solo un par de veces para responder con escasos monosílabos alguna que otra cosa que B-B preguntaba.

No quería ahondar en detalles y si lo pensaba bien tampoco quiera hablar sobre ello pero parecía que las palabras se escaparían de su boca de un momento a otro.

Quizás era un tanto orgullosa como para reconocerlo o simplemente le atemorizaba lo que estaba descubriendo.

La llegada de su tía había revuelto algo más que sus entrañas, aquel vacio en su estomago que algunas veces llegaba a confundir con hambre se lo aseguraba.

Aquel “estado” de confort que había construido durante los últimos tres años parecía que de algún momento a otro llegaría a su fin.

Su cobardía quizás la traicionaría pero de algo estaba segura, estaba dispuesta inclusive a enfrentar de una vez por todas sus demonios con tal de provocar una reacción en Helena.

La joven  titubeó por un momento quizás aún era pronto para pedírselo, camino tan solo unos cuantos pasos alejándose del auto para luego volverse a detenerse.

Quería… Quería  -Repitió-  

Lo sé –Dijo interrumpiendo- Antes de que acaba el invierno no?

La mujer suspiro audiblemente mientras la observaba, había cierto aire de reproche en su mirada que también podía estar confundiendo con aquella fortaleza que solía haber en sus ojos en momentos como ese.

Sabía que Helena quizás  jamás llegaría a expresar el mínimo reproche mas también sabía que de algún modo debía reparar aquel sentimiento de abandono que se había instalado en ella.


♦♦♦♦


Por algún motivo no podía sentirlo pero lo sabía, algo ocurría con él, Bill solamente se limitaba a observarlo con detenimiento sin llegar aun a decirle nada.

Estaba algo… Extraño… Si extraño. Sumamente ansioso, disperso y hasta algo nervioso era como si las paredes de ese estudio lo asfixiaran de a poco llevándolo hasta la desesperación. 

Verlo así  llegaba a inquietarle, quizás porque consideraba que de los dos los solía ser el más estable al menos emocionalmente y  es que rara vez se iba a los extremos como él solía hacerlo algunas veces.

Minutos más tarde parecía tranquilizarse simplemente se dejo car en uno de los sofás mientras el bullicio a su alrededor llenaba la habitación.

Solía tener una opinión para todo aunque esta solo fuese para fastidiarlo  más esa tarde no hizo el mínimo intento de hacerse escuchar.

¿Estás bien? –Pregunto- Al verlo acercarse

Tengo que salir… Puedes

Bill asintió levemente mientras lo observaba con gesto serio. Quizás solamente estaba cansado se dijo a sí mismo al no poder descifrar nada en sus ojos que realmente  le dijese que ocurría con el.

Estoy bien -Respondió- Con cierta molestia. Solo necesito largarme de aquí –Dijo- Con fastidio mientras caminaba hacia la puerta para salir de allí. 

El silencio de la casa vacía lo asechaba sin reparo a donde fuese. Salió de allí tan rápido como pudo intentando alejarse de el. El viento helado golpeo su rostro mientras un cigarrillo se posaba en sus labios.

Fragmentos de imágenes se habían hospedado en su cabeza desde la tarde anterior, se reproducían a su antojo alejándolo de lo que pasaba a su alrededor, dejado en él una sensación extraña que jamás había sentido. Se sentía pesado, abrumado como si cargara con algo a lo que no podía serle frente.


El bullicio de la caótica tarde londinense viajaba con el aire, llevando consigo miles de sonidos uno más peculiar que el otro.

Ajena a lo que a su alrededor pasaba, Helena encerrada en aquella burbuja que solía construir para sí misma simplemente se dejaba llevar, coloco su mano en su cuello reposando dos de sus dedos en el pequeño espacio que había bajo su garganta.

Trataba de recordar lo ocurrió sin que ningún detalle por más mínimo que este fuese se le escapara, el latido de su corazón era pausado tanto que hasta a ella misma le extrañaba, las pulsaciones apenas si golpeaban con suavidad sus dedos.

Algo había ocurrido… Algo, más no podía determinar que había sido, a pesar de que las imágenes eran claras así como los recuerdos.

De pronto sintió la calidez de una mano sobre uno de sus hombros, el roce fue leve como si tuviese miedo que de se rompiera en mil pedazos, la burbuja se rompió de inmediato y a sus oídos llego el bullicio que la rodeaba.

Parpadeo un poco, observo donde se encontraba era como si ni siquiera pudiese reconocerlo, la mano aun la sujetada.

Estoy bien –sonrió- Descuida solo estaba… Pensando –Menciono- Confusa.

B-B guardo silencio al tomar asiento sobre la fuente junto a ella,  observo la plazoleta del colegio abarrotada de miles de niñas vestidas con su aburrido uniforme, mientras  el temor la corroía por dentro.

Puedes esperarme aquí, supongo que no tardare demasiado

Quiero verlo, ya sabes… 

Helena guardo silencio por un par de segundos mientras buscaba las palabras correctas para poderlo expresarlo.

Es silencioso y… Calmado si, supongo que ese es la palabra.

B-B pudo notar que en su mirada había una calma absoluta, la furia y la frustración que solía haber en ella había desaparecido dejando un mar de plata calmo. 

En invierno –Continuo- Puede llegar a ser tan hermoso es como si una parte de ella vagara por allí. Se siente bien –La animo- No es como pensaba es –Sonrió-  Creo que es el único lugar donde puedo lidiar con migo misma sin…

No soy Edward

Lo sé, pero supongo que aun me es extraño

¿Hablar sobre ello?

Si

Ambas parecían haber entrado en una especie de letargo, quizás era el frio, quizás era el temor a lo que pudiese despertar su visita a  ese lugar o simplemente la energía que Helena emanaba bastaba para ambas.  

Sujeta a su mano se sentía segura, tanto que se sentía dispuesta a enfrentarlo, el dolor parecía apaciguarse como si al fin encontrase consuelo, paz.

Pensó que se había quedado dormida en su regazo al notarla tan quieta, su respiración apenas era perceptible  y el silencio se había apoderado de ella de nuevo mas esta vez no había acudido a él para evadir la realidad.

Después de accidente… Cuando regrese del hospital. –Murmuro- Helena rompiendo al fin su silencio.

B-B simplemente guardo silencio y por ningún motivo en lo absoluto intento pensar inclusive hacer algo que pudiese detenerla, había tomado la iniciativa por si misma quizás esa era su oportunidad.

No sabía a ciencia cierta que había ocurrido aquella tarde, mas podía llegar a imaginárselo el simplemente tenía ese algo a lo que Helena  se había resignado a perder.


♦♦♦♦


Los ojos de la joven mujer se fueron directo al chico al entrar en la habitación, apenas si podía ver su rostro reflejado levemente en la ventana. Era la primera vez que coincidían en una misma habitación desde que llego.  

¿Helena venia con usted? –Quiso saber- Ginger de inmediato

Está en su habitación –Respondió- Sin siquiera prestarle atención, su mirada se mantenía fija 
en el chico, que observaba atreves de la ventana algo en el jardín.

Ginger rio para sí misma al recordar como si fuese una especie de Déjà vu escenas similares en donde la protagonista solía ser Helena.

Por un momento (las mariposas en su estomago) le recordó aquellos años de adolescencia que creí tan lejanos, al verlo sonreírle con cierta timidez.

Claro que podía ser hambre o quizás algún efecto secundario del sube y baja de emociones que había vivido hacia tan solo unos momentos.

No necesito escuchar su nombre para saber de quién se trataba lo supo al estrechar su mano (que por cierto estaba fría) y al observar aquellos hermosos pero sobre todo expresivos ojos castaños.

Lo menos que quería era estar sola con sus pensamientos en ese momento, así que le agradeció que la acompañase a tomar un tardío almuerzo en la cocina.

Le resulto tan agradable su compañía, su carisma, aquella aura casi angelical que solía irradiar.

Una simple mirada entre los dos basto para decir todo aquello que en ese momento no podía, el chico aun continuaba en cierto estado de shock.

Su estadía en Berlín había sido lo suficientemente extensa para comprender casi sin dificultad su alemán. Ellos necesitaban un momento a solas y ella un poco de aire fresco.

Una sonrisa basto para agradecerle su tiempo y sin decir mucho más B-B abandono la habitación. 

Los cambios y más aquellos que rayaban en lo drástico no solían sentarle bien, necesitaba tiempo quizás demasiado para asimilarlos mas así era ella. 

Su ausencia aquellas semanas no podía haber llegado en mejor momento, algo dentro suyo o simplemente aquel instinto de supervivencia al que se empeñaba en aferrarse, le impedían aun aceptarlo.

Guardo silencio por un minuto mientras su mirada era atraída por el lento movimiento del agua en la piscina,  la primera semana de la primavera habían borrado hasta el más mínimo rastro del invierno, de aquel jardín gélido ya no quedaba nada.

La calidez de la brisa acariciaba sus brazos desnudos con suma delicadeza, era como si intentara seducirla, mas lo único que provocaba en Helena era un efecto nauseabundo.

Un profundo respiro apaciguo un poco sus nauseas, había sido  sumamente absurdo pensar que podría librarse de ello así sin más. 

¡No iba a dejarla! Porque le era tan difícil entenderlo, porque simplemente no lo aceptaba de una vez por todas.

Le había tomado seis largos años despertar y ahora que lo había logrado, que podía sentirlo tan cerca, Helena se empeñaba en alejarse una vez más.

De pronto se sintió atrapada dentro de su propio cuerpo a pesar que era lo menos que quería hacer se vio caminando rumbo a la piscina.

Su cabeza era un desastre dividida entre su propia voluntad junto con sus miedos y aquella enorme necesidad de saber algo más.

¿Qué demonios iba a encontrar en el fondo se esa piscina? Se cuestiono a si misma mas sus piernas no parecían reaccionar.

El agua estaba cálida lo supo al sentirla entre sus dedos, abrió los ojos lentamente para observar a su alrededor. Al inicio solía sentirse un tanto extraña mas con el pasar de los minutos solía acostumbrarse a ella.

Solía ser mucho más persistente de lo que algunas veces llegaba a pensar. Su frágil cuerpo aun temblaba y destetaba esa… Compasión que solía despertarle.

No estaba lista pero algunas veces tenía la sensación que jamás lo estaría, así que no tenía más opción, ¡Qué más podía hacer!  Se decía a sí misma para justificarse.

Giro si mirada hacia tras para percatarse de que no hubiese nadie cerca, aquella estrafalaria mujer  parecía ser su sombra… Y ese chico, el… su sola presencia solía desplazarla al recóndito sitio de donde había surgido. 

Supo que se había dado por vencida cundo no intento luchar más, sus pensamientos estaban en blanco, su cuerpo entro en un estado de calma. Ahora era suya y por fin lo sabría.

¡Qué demonios estás haciendo! -Cuestiono airosa- Al tomarla por sus hombros para traerla hacia ella.

La tomo del brazo bruscamente, alejándola  de allí cuando pudo, su indignación no tenia límite.

La mirada de Helena se dirigió hacia B-B y a pesar de que la había visto miles de veces en ella, algo no era igual.

Un escalofrió recorrió todo su espalda mientras absorbía de ella todo aquello que desbordaba cada uno de sus poros, tanto rencor, tanta amargura, tanto odio era imposible, la conocía demasiado para saber que en ella no había ni una gota de todo lo que veía.

Amor… Ni siquiera podía articular palabra alguna sintió como si en su corazón hubiese un nudo y una enorme sensación de compasión la embargo.

Shhh…Todo va a estar bien  -Susurro- Por lo bajo mientras la atraía hacia su pecho.

Tuvo la sensación de que abrazaba a una pequeña niña horrorizada por sus demonios, aferrada a un pasado incierto y lleno de dolor.

Las miles de sensaciones que la embargaba, poco a poco se fueron desvaneciendo dejando a Helena exhausta y confusa. A pesar de que había aprendido a lidiar con ello sola no pudo negar que tener a alguien a quien acudir esta vez no era tan malo después de todo.

¿Cómo te sientes? –Pregunto- Al verla incorporarse

Helena lo pensó un poco mientras se ponía de pie. Yo misma –respondió- Al subir los 
pequeños escalones que llevaban al interior.


“You used to captivate me by your resonating light
Now I'm bound by the life you left behind”

       ♦♦♦♦

No necesitaba verlos para saber que habían regresado casi lo supo de inmediato a su regreso del colegio, la energía que podía percibir de la casa era diferente cuando él  estaba.

Cerró la puerta con cuidado, avanzo escasos pasos hasta el lobby,  deteniéndose al pie de la escalera para observar hacia arriba, se sentía un tanto extraña desde la última vez como para  poder soportarlo.

Siguió su camino por el pasillo que la conducía a la cocina. Le basto ingresar por la puerta para sentirlo, Supuso que su rostro la había delatado al notar la mirada de B-B sobre ella.

Tengo calor –Se justifico- Con una leve mueca que parecía simular una sonrisa

¡Uh! –Murmuro- Si hace un poco de calor. –Menciono Incrédula-

Habían momentos en donde detestaba aquella particular conexión entre ellas, por algún motivo no podía ocultarle nada, ni siquiera aquello que habitaba  muy, muy dentro suyo.

Se deshizo con dificultad del ligero abrigo que la cubría mientras intentaba en vano desplazar al olvido lo que surgía dentro suyo. Se acerco a ella despacio para leer brevemente el libro que yacía sobre el mueble.

¿Curry?

Sí, creo… No te va a ¡Encantar!

Helena asintió levemente mientras su cabeza daba vueltas y un leve sudor frio llenaba sus manos.

¿Qué pasa?

Negó levemente, mientras sus ojos se cerraban con fuerza, su corazón parecía que de un momento a otro saltaría de su pecho para caer a sus pies.  A lo lejos escucho voces, más el fuerte golpe de la puerta al cerrarse acompañado de  sus estrepitosos pasos al caminar fue lo único que pudo discernir claramente. 


El chico entro a la habitación furioso dejando a su hermano casi en el mismo estado murmuro por lo alto algún insulto en alemán y cayo de inmediato al notar su presencia.

Ni siquiera llevaba un minuto en la misma habitación más Helena ya había absorbido como si se tratase de una esponja todo lo  que él sentía.

No poseía las energías necesarias para asimilar lo que ocurría, su cuerpo por algún motivo luchaba por repeler el torrente de información que llegaba a ella.

Si tan solo pudiera calmarse, se dijo a sí misma. Ambos solamente se limitaban a observarla mientras Helena luchaba por mantenerse en pie.

Abrió los ojos despacio mientras trataba de enfocar su vista en su rostro, un par de veces desvió su mirada nervioso, mas el chico  no pudo hacerlo nuevamente.

Por un corto tiempo Helena pudo retener su mirada necesitaba aunque fuese solo un poco descargar sobre él lo que ya no podía soportar mas.

El peso sobre su cuerpo parecía aligerarse de forma inmediata, todo a su alrededor se torno gris mientras  la calidez que rosaba su piel pálida parecía no disgustarle mas.

¡Helena! ¡Helena!...



La canción de inicio (My Inmortal) tal vez puede llegar a sonar un tanto cliché, pero mientras leía y releía la letra me hizo entender que hay personas que se quedan para siempre con uno.

Por más que intentes alejarlas u olvidar que alguna vez estuvo en tu vida,  algo o mucho de ella se queda para siempre.

Supongo, que por eso la escogí y me ayudo a terminar algo que algunas veces pensé no iba a poder hacer.  

Para ti…

Porque algunas veces siento que escribo solo para ti