jueves, 26 de agosto de 2010

Capitulo 8



Sentado cómodamente en ese viejo y confortable sillón pensaba una y otra vez en que ocupar su tiempo, tenía el nombre de ese lugar pegado en su cabeza, se levanto de ahí decidido en busca de los demás chicos la idea de salir por un par de tragos fue bien recibida, se habían quedado ellos cuatro solos, su padre junto a David,  Gustav y un par de personas  mas que solían trabajar en esa casa habían salían muy temprano de pesca.

Hasta cierto punto la necesitaba para llegar solo que había un pequeño problema, llevaba prácticamente un día entero con ese libro entre sus manos, que lo dejara por al menos un par de horas para ayudarlo a encontrar el lugar  iba a ser complicado, subió a su habitación busco entre sus cosas algo que la protegiera del frio, un abrigo una bufanda y un par de guantes estarían bien.

Aprovecho que estaba totalmente desprevenida dio un tirón de su mano tomándola por sus hombros y sin dejar siquiera que reaccionara, se vio obligada a salir de esa habitación,  Helena bajo las escaleras a regañadientes mientras se abrigaba.

Al menos puedes decirme a donde vamos?

Sabía que por el momento no debía decírselo así lo hizo solo le sonrió mientras tiraba de ella para salir de la casa. Solo quiero que me ayudes a encontrar algo- Dijo al fin abriéndole la puerta del auto-

Algo? –Quiso saber al tomar asiento y abrochar su cinturón- Edward no le revelo mas, encendió el auto y partieron, a excepción de el ninguno sabía muy bien a donde se dirigían encontrar un bar en lugar tan remoto como ese parecía ser  difícil de encontrar.

El silencio se rompió al encontrar la primer señal que ya le era incomprensible, tomo de la guantera del auto un mapa, se lo dio a su hermana.

Sabes que no entiendo ni una sola palabra –Menciono Edward-

Durness un pequeño y remoto pueblo costero, quedaba a poco más de dos horas en auto desde donde estaban, era de los pocas localidades que aun mantenían  el gaélico como lengua materna, de ahí su insistencia en que los acompañara.

Queda muy lejos-Pregunto Bill-

Un par de horas creo –Respondió Helena- A la derecha –Le indico a Edward-  Pero que hay ahí?

Un Bar… No?

Se dio la vuelta observo a Georg quien era el que  había respondido su pregunta luego dirigió su vista a su hermano con cierto gesto de recelo.

Bueno no es un precisamente bar es una…

Taberna concluyo Helena, aun no podía creerlo que la hubiera traído solo para eso.

The Butcher's Hook aunque tenía un nombre un tanto extraño no era más que una particular y muy pintoresca taberna… De esas que re rehusaban desaparecer con el paso del tiempo, no era un bar o pub o alguno de esos populares y bonitos lugares británicos en donde se reunía la gente a beber solo era una vieja y excéntrica Taberna

♦♦♦


Después de ser inspeccionados de pies a cabeza al entrar al lugar por las muchas personas que ahí se encontraban todos ellos hombres caricaturescos que al menos le doblaban su edad, se sentaron en una de las mesas vacías.

A los chicos aquel ambiente  les resultaba cómico hasta divertido total eran chicos después de todo aquel lugar no se veía mal era Diferente un poco  loco  pero estaba bien mas que bien, sus planes eran solo tomar unos cuantos tragos y pasar totalmente desapercibidos al juzgar por lo visto ahí podrían hacerlo.

Al poco tiempo una mujer simpática, robusta y con un marcado acento escocés se acerco a ellos era toda una novedad tener caras frescas, botinas y sobre tan jóvenes en ese lugar. Tres cervezas, una taza café… -Repitió en voz alta el pedido de los chicos- Y para ti cariño?

Solo agua embotellada

Agua?

Si gracias -Respondió Helena-

La idea de haber dejado la casa y su libro solo para ayudarlo a encontrar un lugar donde beber no le hacía nada de gracia pero ahora estaba ahí no tenía más opción que soportarlo.

Los lugares cerrados y llenos de tanta gente extraña algunas veces solían causarle cierta incomodes, escuchaba las voces estruendosas retumbar en su cabeza, las risas, las conversaciones y toda aquella energía encerrada en ese pequeño lugar era demasiado para Helena,  se sentía como si  robaran de ella todas su fuerzas.

De nuevo volvía a ocurrir se vio sin razón alguna caminando entre la gente buscando algo que ni siquiera sabía bien que era, solo sentía muy dentro suyo esa necesitad de buscarlo, coloco sus manos en la manija con un suave giro abrió la puerta el letrero que colgaba de ella “Salón Para Damas” se le hacía familiar.

Su curiosidad ante aquel lugar se desbordaba por cada uno de sus poros, camino despacio precavida,  temerosa sin saber a ciencia cierta que podía esperar. El viejo piano en una esquina, los hermosos y encantadores sillones, los retratos en las paredes,  el candelabro que colgaba en el centro de la habitación, inclusive su típico olor todo absolutamente todo estaba ahí intacto como antes pensó.  

Sintió como algo dentro suyo se calmaba al caminar y observar todo, como miles de  sensaciones que sabía muy bien que no le pertenecían aparecían, entonces porque demonios las sentía, PORQUE.

Hasta cierto punto todo esto le resultaba  frustrante era como si no tuviese el control de su propia vida como si alguien tomara las riendas de sus emociones hiciera con ella lo que quería.

Con un gesto de angustia en su rostro tomo asiento frente al piano y recordó la primera vez que todo sucedió….

♦♦♦♦

Tres horas y media más tarde lo que al principio era solo dos tragos se había convertido en algo más, no podían recordar cuándo fue la última vez que se habían sentido así esa sensación de completa libertad de volver a sentir que tenían el control de su tiempo en sus manos.

Aquellos tres chicos se habían mezclado por completo en el ambiente de ese lugar que los había acogido como propios, al verlos reír y disfrutar de la manera que lo hacían con algo tan común para él, de cierto modo lo hizo reflexionar quizás Helena tenía razón al decirle, en las cosas más simples de la vida era donde podía encontrar  la verdadera felicidad, o quizás simplemente ya estaba ebrio y empezaba  filosofar pensó, mientras reía.

Creo que mejor nos vamos – Dijo Tom revisando la hora en su reloj- A excepción de los otros tres estaba con los cinco sentidos intactos tres tazas de café un cerveza le habían sido suficientes.

Iban saliendo del lugar, Edward tenía la leve sensación que algo se le olvidaba además de las llaves del auto que a pesar de buscarlas insistentemente aun no las encontraba, la tarde noche estaba más que fría, los chicos esperaban cerca del auto para poder entrar en él y calentarse un poco. 

Nada? Pregunto Bill impaciente. Edward le hizo un gesto con sus manos dándole a entender que no sabía donde rayos estaban. Bill temblaba de frio mientras se dejaba caer junto Georg en el asiento de la entrada.

Tom solamente rio, abrió la puerta volvió a entrar, suponía que aun debía de estar ahí camino por el pasillo hasta el fondo hasta encontrar la puerta entre abierta al entrar pudo escuchar un sonido que provenía del piano y que reconocía.

Apoyo su hombro y su cabeza en el marco de la puerta mientras la observaba a lo lejos tocar, porque no podía recordarla? Estaba más que seguro que la había escuchado en algún otro lugar no quiso interrumpirla así que espero paciente mientras escuchaba.  

Siempre tenía el mismo efecto tranquilizador en el no sabía por qué pero podía escucharla por horas sin cansarse, al final del día en la completa intimidad de su habitación no había otra cosa que lo calmara o relajara más que aquella melodía aunque solo en las noches más lluviosas o en las mas nevadas y frías la escuchaba.

Se le hacía difícil creer a pesar de verlo con sus propios ojos que fuera ella,  la misma persona aquella que consideraba fría e inexpresiva fuera la causante de hacer sonar esa melodía que expresaba tanto…

Ya nos vamos. –Le dijo al verla finalizar- Helena lo observo a través del espejo tomo sus guantes que estaban sobre el piano los coloco en sus manos se fue con él.

La cara de Georg al verla lo decía todo la habían olvidado por completo, la risa del chico se apago  seguida de la de Bill, eso no le importaba tanto si que EL su hermano que había insistido en traerla ahí lo hubiese también hecho.

Donde estas llaves? –Quiso saber de inmediato- Edward esta estaba más que torpe reía sin parar, apenas si podía mantener su vista fija para observarla. Las llaves!!!!- Insistió la chica molesta-

No lo sé- Le dijo alzando un poco su voz- no recuerdo donde las puse

Le hablo alguna que otra cosa en francés, que al juzgar por el tono al decirlo no debía ser nada agradable y de pronto así de la nada  ese tono cambio radicalmente, a uno más dulce sus palabras sonaba encantadoras y embriagantes.

Se inclino hacia el chico le sonrió dulcemente, acariciando su mejilla mientras le susurraba algo era como una pequeña niña dulce y tierna.

El sonido fuerte y seco de su mano al estrellarse  con la mejilla del chico los saco aquellos tres del trance.

¡Hey! -Se quejo Edward- Llevando su mano hacia su rostro, la miro furioso pero de alguna u otra manera se las cobraría eso lo sabia le sonrió maliciosamente mientras revisaba en los muchos bolsillos de su abrigo hasta encontrar con ellas al hacerlo las dejo caer en las manos de Tom se notaba algo dudosa, se alejo en dirección al auto 

♦♦♦♦

Apenas si tenía dos horas de haber conciliado el sueño, mas aun así como era costumbre su cabeza estaba más que alerta llevando y trayendo miles de imágenes, recuerdos, rostros de personas, sonidos voces  olores, era dormir y la vez no hacerlo su cuerpo reposaba abrigado en su cama  mientras su cabeza la llevaba lejos muy lejos de ahí.

Era la misma niña, hacia tanto tiempo que soñaba con ella que le era extraño que después de tanto siguiera aun sin revelarle su rostro, de hermosos cabellos ondulados largos y negros, piel blanca,  delicada, de apariencia frágil y mediana estatura.  

Esta vez parecía tener poco más de quince años iba vestida con un camisón blanco, tenía sus pies descalzos deambulaba sin saber bien a donde se dirigía solo caminaba de una a direcciona  a otra como si estuviese atrapa en ese bosque sin poder encontrar la salida.

Cuando al fin se detuvo tomo asiento en el tronco de un árbol se abrazo a sus piernas giro su mirada le mostro a Helena lo que parecía ser una tumba vacía…

De inmediato abrió sus ojos trato de despertar, se dirigió al baño abrió la llave roció agua muy fría sobre su rostro,  trataba de borrar desesperadamente esa imagen de su cabeza se negaba rotundamente a saber más, algunas veces la dejaba mostrarle cosas pero esta vez  simplemente no quería, no quería saber más.

Nota: El capitulo quedo corto pero no saben lo que me costo, por alguna razón  no podía escribirlo, pero bueno aquí esta espero les guste  y Comenten por lo menos algo : )

jueves, 19 de agosto de 2010

Capitulo 7

Helena era prudente, sistemática, extremadamente quisquillosa y desconfiada al extremo le gustaba manejar a su antojo lo que sucedía a su alrededor, de cierto modo todo esto le brindaba confianza. Aquello que perturbara su extraño y solitario mundo la irritaba o lograba sacar de ella  lo que más odiaba de sí misma sus inseguridades y sus miedos.


Había descubierto desde muy niña que tenía  cierta  habilidad para  percibir de las personas cosas, algunas las consideraba agradables otras no tanto, algunas otras veces recibía mas información de la que debía pero todo esto le agradaba  el poder conocer realmente a una persona y ver algo mas allá de lo que su simple vista hacia le parecía fascinante y sobre todo el  poder saber  de antemano que esperar de ella.

Aunque nunca le había ocurrido algo como lo que le pasaba con él, lo encontraba demasiado confuso, algunas veces irritante y sobre todo Impredecible.  

Pero  había algo más quizás era lo que la confundía ya que no entendía porque esa tarde en la cocina un simple roce con su piel había desenterrado de lo más profundo de su memoria algo que ni siquiera  sabía existía.

♦♦♦♦
Estaba de pie en el descanso de la escalera junto a una vieja mesa, tenía una de sus manos sobre una urna, Bill la observo por un momento tenía sus ojos cerrados y una ligera sonrisa en sus labios, el chico se quedo al pie del escalón observándola, sujetaba a Max de su correa solo se preguntaba que estaba haciendo, al sentirse observada abrió sus ojos pudo ver el reflejo de el  por la ventana.

Hola- Saludo sin que ningún sonido saliera de su boca-

Hola –Respondió Bill risueño- Se acerco a ella observo por la ventana el mar-

Lo llevas a pasear- Quiso saber mientras acariciaba suavemente la cabeza del perro- 

Si quieres ir

Um... Ok

El chico siguió bajando las escaleras ella aun continuaba ahí con su vista pegada a esa urna se alejo un poco bajo unos cuantos escalones se sujeto de la baranda giro su vista hacia la mesa sonrió  siguió su camino.

Le parecía muy misteriosa todo en ella lo era pero por alguna razón consideraba fascinante ese extraño mundo suyo quizás porque en él también había cierta dosis de extrañes.

El día estaba algo gris una ligera bruma  cubría todo más un así se podía disfrutar  al aire libre era una verdadera pena quedarse dentro de esa casa  y no disfrutar de aquel paisaje maravilloso.

Como encontraron este lugar- Quiso saber Bill liberando a Max de su correa-

Era de la familia de mi abuelo

Es muy viejo no

Si –sonrió- Mucho, supongo tenemos cierta obsesión por lo antiguo

Bill  le sonrió siguieron su camino unos cuantos metros de distancia estaba las ruinas de lo que solía ser una torre, aquel lugar que había sido utilizado como fortaleza entro otras muchas cosas en siglos pasados estaba lleno de historia pero sobre todo de  la energía de sus antiguos dueños. Fue atraída ahí como si fuese un imán el chico solo la siguió lleno de curiosidad.

Uh… -Se quedo pensativo- Aquí hay fantasmas? – Dijo esto último en un susurro casi incomprensible-

Cuando supieron de su viaje a Escocia y aprovechando el poco tiempo libre que tenía en sus manos decidió buscar algo de información de la mucha que hay por ahí en la internet, fue lo primero que encontró antiguos castillos, fortalezas o posadas llenas de historias de fantasmas muertes, misteriosas entro otras muchas cosas.         

Fantasmas? –Pregunto ella de nuevo-

Si

No recuerdo mucho de mi viaje anterior así que no te puedo asegurar que hayan o no.

Al bajar unas cuantos escalones se despojo de sus guantes, curioso un poco con sus manos lo que quedaba de aquella torre caminaron por la plazoleta mientras ella se sujetaba de cuanta pared a medio derribar había hasta llegar al acantilado que estaba protegido por un muro.

Aunque mi abuelo solía contarme algo sobre…- Le dijo al chico haciendo una pausa mientras trataba de recordar- Marion Currethers prácticamente la obligaron a casarse con un hombre muy adinerado, supongo que era lo común en ese tiempo.

De inmediato acaparo la atención del chico al decir esto, Bill se dio la vuelta apoyo parte de su cuerpo sobre el muro la observo con atención.

Fue en el verano, ella y la familia de su esposo vinieron a pasar las vacaciones aquí, la tercera noche se suicidio saltando de la torre no encontraron el cuerpo hasta la ma;ana siguiente…

Después de eso dicen que se aparece vestida de verde se pueden escuchar sus llantos desgarradores por toda la casa, pusieron este lugar  la venta de inmediato pero nunca nadie duro más de un mes.

El abuelo de mi abuelo –sonrió- la compro prácticamente en barata, le dijeron que estaba loco por comprar el lugar.

Supongo que yo hubiese hecho lo mismo que él, es un lugar muy hermoso para dejarlo pasar por un simple fantasma, además creo que eso le da cierto toque extra no crees?

Bill no pudo evitar reír al terminar de escuchar la historia encontró en ella  algo encantador además de divertido en la forma que le narro la historia de su abuelo.

Se fue aun sonriendo en busca de Max que se había alejado más de la cuenta dejándola ahí, pensativa, llena de esa triste energía,  de los últimos pensamientos que habían quedado atrapados en ese lugar,  de aquella joven mujer que había decidido acabar con su vida esa noche.

♦♦♦♦

No pudo dormir no era una novedad a excepción del pequeño lapso de sueño que tuvo sobre el hombro de Gustav al venir no había podido hacerlo desde hacía varios días, aun estaba algo afectada por lo sucedido en la tarde, había tratado de ocultar lo que realmente sentía al contarle la historia al chico para nada consideraba divertido lo sucedido le parecía  suficiente su muerte trágica como para fanfarronear  con algo así.

Salió por la puerta de la cocina tratando de no hacer ruido mientras los demás continuaban despiertos en algunas de las estancias de esa casa, caminar siempre la ayudaba después de hacerlo por un rato encontraba que todo lo que le causaba angustia o preocupación se disipada con cada paso.

Tomo asiento frente al acantilado observo el mar en completa calma  un manto de oscuridad cubría todo y en el cielo unas cuantas estrellas sobresalían,  las luces  de esa casa una a una se fueron apagando, uno a uno se fueron quedando dormidos donde el sueño los alcanzara.  

Horas después ella aun continuaba ahí observando a la nada mientras la ventisca helada juagaba a besarla, minutos segundos, horas algunas veces todo era lo mismo tiempo muerto que solo pasaba.


Los primeros rayos del sol lo despertaron no acostumbrada a levantarse tan temprano, el fuego de la chimenea se había consumido por completo  la ligera sabana que lo cubría ya no lo protegía del frio, rio al sentirse completamente despierto y al percatarse en donde estaba, los demás Georg, Edward y su hermano parecía haberles ocurrido los mismo dormían esparcidos por  esa sala de juegos.

Subió la cremallera de su suéter hasta el tope, coloco el gorro sobre su cabeza sus manos en los bolsillos camino por los confusos pasillos en busca de la cocina no había ni una sola alma despierta en esa casa, todo parecía dormir en completa calma.

Tenía un ligero pero molesto dolor de cabeza fruto del poco sueño, del largo viaje y las muchas horas de trabajo acumuladas , necesitaba algo de café pero lo único que encontró al buscar en la alacena era una vieja lata que al menos tenía unos cuantos meses de estar ahí guardada, por supuesto no tenia buen aspecto. 

Además de eso había una caja de mediano tamaño llena de frascos con hojas secas, algunos bulbos y mas  frascos que parecían contener te.

Escucho el crujir de la puerta la vio entrar,  una ligera sonrisa sirvo de saludo. Esto es tuyo –Pregunto Tom con uno de los frascos en su mano-  Helena asintió con su cabeza mientras llevaba sus manos a los bolsillos de su falda. Puedo tomar un poco?

Si quieres… Pero sabes prepararlo?

Es te no

Sonrió algo fastidiada supuso que a ellos le daba lo mismo, pero había una manera correcta de hacerlo, solía pensar  y casi nunca se equivocada que había un te perfecto para cada persona, busco entre la caja el que creía era para él… Te azul considerado uno  de los más carismáticos y especiales del mundo.

Que haces – Dijo Helena casi consternada al verlo querer agregar azúcar y leche a su tasa- No se toma así

Porque?

¡Arruinaras su sabor!

Ok –sonrió-  Como se supone que  debo tomarlo

Con miel,  solo eso no necesita nada más

Discutir con ella sobre todo de ese tema podía llegar a ser un verdadero fastidio el chico hacia bien en no llevarle la contraria y guardar silencio,  al ver su reacción al beberlo Helena supo su elección no había podido ser más acertada, abandono la habitación dejándolo completamente solo mientras bebía una y otra vez de su taza de té.

♦♦♦♦

Le tomo casi dos días encontrar la biblioteca por alguna razón siempre que se decidía hacerlo alguien interrumpía su búsqueda, pero ese día mientras merodeaba sola por la casa la encontró, observo maravillada los docenas de miles de libros que yacían en los estantes que cubrían  cada centímetro de la habitación.   

La colección de todo una vida se encontraba ahí amaba leer podía pasar horas,  días enteros llenando su cabeza de maravillosas historias, lugares extraordinarios o simple información. 

Tenía poco más de dos horas de estar ahí, cuando escucho que alguien se acercaba, David entro por la puerta con su computadora en busca de alguna señal de internet al verla la saludo.

Hola – Respondió  Helena-

Sabes si hay señal de internet aquí, tu hermano me dijo que quizás podría encontrarla

No lo sé,  supongo que si lo dijo debe de haber

Cerro su libro se acerco a él lo ayudo a encontrarlo, mientras hablaban pensó que nunca había tenido la oportunidad de decírselo, las circunstancias se lo habían impedido, había pasado ya tres años desde lo ocurrido  aun recordaba todo como si fuese ayer. 

Gracias. Se que es un poco tarde, pero de verdad le agradezco lo que hizo por mi

No te preocupes –Le dijo sonriendo- Todo ocurrió muy rápido ademas no hubo tiempo para darlas

Circunstancias del destino o un simple capricho quizás jamás lo entendería pero aquel hombre había estado junto a ella en ese momento, no había sido su padre ni su hermano ni ninguna de las personas en las que hubiese pensado si no un  extraño… Un completo extraño, que se había rehusado con todas sus fuerzas a dejarla ir por esa razón Helena aun estaba aquí. 

sábado, 14 de agosto de 2010

Capitulo 6


Partieron a primero hora del día, los primeros rayos de sol aun no aparecían les esperaba un largo viaje era mejor salir temprano, al llegar al aeropuerto lo encontraron prácticamente desierto esperaron su vuelo en una pequeña sala, el frio que  hacia era casi insoportable a pesar de que las nevadas habían cesado los últimos días.

Al llegar a Edimburgo las cosas no mejoraron mucho una fría, lluviosa y gris ciudad los esperaba el paso por ella fue prácticamente nulo como era su costumbre los chicos lo único que vieron de la cuidad fue lo que observaban por la ventana de camino en el auto pero les pareció hermosa.

Fue un trayecto corto del aeropuerto hasta el puerto donde abordarían el primer ferry del día que los llevaría hasta Highlands, el viaje les resulto divertido hasta podían decir que muy “normal” para ser ellos. El sol poco a poco empezaba a rayar a medida que avanzaban las horas mas aun así no llevaba nada de calidez.

Al menos serian cuatro horas de viaje pero era lo menos que les importaba, al verlos  daba la impresión de ser chicos de colegio en plena excursión escolar, nada de horarios ajustados o estrictamente planificados, ni de su sequito de personas que solían viajar con ellos ni siquiera iban  necesitar seguridad era como un pequeño anticipo de sus tan esperadas vacaciones de fin de año.

El ferry avanzo lentamente rompiendo de a poco los fragmentos de hielo del lago que ya empezaba a congelarse, media hora después habían abandonado por completo la ciudad dando paso a paisajes de enormes montañas verdes, colinas con ruinas algunas ovejas y bruma de mar. 

♦♦♦♦


Estaba mas pálida de lo normal algo tensa  hasta nerviosa desde que abordaron  había tomado asiento en una de las cabinas, escuchaba algo de música mientras pensaba en muchas cosas y a la vez en nada concreto, golpeaba una y otra vez con la parte  trasera de sus botas el viejo asiento de madera donde se encontraba sentada. 

El lugar estaba prácticamente vacio a excepción unas cuantas personas que se encontraban algo alejadas de ella y una mujer de avanzada edad que la observaba cautelosamente, tras un movimiento brusco del ferry Helena decidió salir en busca de aire fresco.

El chico llego minutos después un tanto fastidiado de ver montañas y agua a donde quiera que observara, se dejo caer en el asiento mientras escuchaba su música y veía por la ventana estaba exhausto apenas si había dormido un par de horas, era cuestión de acostarse en ese asiento quedarse dormido en segundos pensó.

En medio del volumen estridente de su música escucho que alguien le hablaba, se quito uno de los audífonos observo a su alrededor.

Se acaba de ir – Le dijo una mujer de avanzada edad- Estaba sentada muy cerca de él. Disculpe no la escuche.

Se acaba de ir la chica – Volvió a repetir- La observo con un gesto de no comprender muy bien de que le hablaba.

La chica, la de rostro muy hermoso y  pálido estaba con ustedes hace poco más de una hora.

Ah! Ella si –Le sonrió-

Creo que no se sentía muy bien, se fue por allá –Dijo señalando el lugar- Deben ser solo nervios. Estos viejos trastos se mueven un poco pero nunca ha pasado nada de que lamentar. Se han quedado varados unas cuantas veces pero a mi edad creo que no hay problema esperar -Ambos rieron tras el comentario-

El joven bajo el volumen de su música, la busco con la mirada no debía de estar muy lejos pensó.

Solo son nauseas, en la cafetería puede encontrar algo de te, no es el mejor del mundo pero al menos se deja beber –Dijo la mujer al verlo algo preocupado- 

Gracias –Le agradeció con una sonrisa-

De nada cariño

Lo vio buscar algo en los bolsillos de su enorme pantalón mientras caminada en dirección tras indicarle donde encontrar el lugar. Después de buscar por un tiempo en las afueras del ferry en la dirección que aquella señora tan amable le dio la encontró algo de razón tenia ella aquellos “trastos viejos” se movían algo brusco al quebrar el hielo a su paso.

♦♦♦♦

A pesar de que trataba de calmarse le era imposible que los recuerdos no volvieran a ella, eso acrecentaba su temor de que algo pudiera suceder  reposo su cabeza sobre sus brazos que iban sujetos a la baranda mientras observaba las montañas su padre tenia razón no recordaba absolutamente nada de su viaje anterior. Un movimiento mas este fue más fuerte se sujeto de esa baranda con todas sus fuerzas cerro sus ojos.

Estas bien- Pregunto el- Llevaba entre sus manos un pequeño vaso desechable que contenía te o al menos lo que quedaba, había derramado sobre el una buena cantidad.
 
Se sentó junto a ella coloco el vaso en el asiento limpio sus manos en su ropa, Helena lo observo por un momento luego desvió su mirada hacia lo que parecía ser un bolso, metálico tomo un par de guantes que probablemente no la protegerían del frio mas si de sensaciones que no estaba dispuesta a percibir de nuevo.

Gracias – Dijo al tomar el vaso de las manos del chico-

Estas bien

Solo asintió con su cabeza mientras bebía  por cortesía el te, al sentir el sabor en su boca disimulo casi con éxito un pequeño gesto.

Tan mal esta –Pregunto Tom sonriendo-

Bueno… No esta tan mal

Su rostro siempre solía estar inexpresivo solo reflejaba una calma absoluta por alguna razón le resultaba molesto, a no ser por su mirada juraría que estaba muerta en vida como si nada o nadie pudiese arrancar de ella una emoción por más simple que esta fuera. Pero esa mañana su rostro que lucía más pálido de lo normal dejaba ver algo que le resultaba extraño en ella… Emociones muchas emociones.

Entre la interminable lista de cosas que Helena odiaba, el sentirse vulnerable estaba entre las primeras, para nada le ayudaba que el estuviese ahí, en ese momento solo acrecentaba el desastre que había dentro suyo, era inevitable para ella absorber como si fuese una esponja  eso que aun no comprendía de él.

Tras el último movimiento del ferry se alejo en busca de soledad era lo que necesitaba para al menos calmar un poco lo que sentía, mientras caminaba sin rumbo ubico el baño  se encerró en el tomando asiento dejo que todo saliera, sus pequeñas manos temblaban como papel, mientras su corazón se aceleraba con el solo hecho de recordar lo sucedido esa vez,  su respiración se volvía incontrolable, el miedo la había dominado por completo, fue ahí cuando se pregunto por demonios había aceptado venir.

Se encontró con Edward al salir, la esperaba paciente mientras jugaba con su bolso sabía que no era necesario decirle absolutamente nada algunas ocasiones eso estaba bien, el chico jugaba entretenido como si tratara de un juguete con su particular bolso.

Puedes tener cuidado. Vale más de lo que ganas en una semana – Dijo arrebatándolo de sus manos, para colgarlo en su muñeca- 

En eso gastas tu dinero en juguetitos- Le dijo dándole un golpe suave al bolso-

No son juguetitos,  además mi dinero mis reglas no?

Estas bien? –quiso saber con un tono serio-

No –Respondió más sincera que nunca-

Algunas veces hablar no le ayudaba a Helena a solucionar nada solo le traía más preguntas que respuestas, pero solo el hecho de tenerlo cerca poder percibir esa tranquilidad que siempre emanaba la ayudaba. Se sujeto de su mano con cuidado respiro un poco más tranquila mientras caminaban, tratada de descifrar por que algunas veces solía confundirlo con su hermano y otras simplemente no soportaba su presencia.

♦♦♦♦

El simple hecho de llegar a tierra firme acabo con sus temores por completo, un poco de color llego a su rostro una tranquilidad momentánea la embargo. Llevaban prácticamente toda la mañana de viaje un par de horas más en auto ya le parecía insoportable.

Al poco tiempo de ir viendo por la ventana se quedo dormida sin percatarse si quiera sobre el hombro de Gustav que viajaba junto a ella el chico solamente sonrió un poco mientras intentada acomodarla sin que se despertara, había algo en ella que le resultaba dulce con un cierto aire de inocencia.

Abrió sus ojos un poco por un momento había olvidado donde se encontraba, su mirada gris se ilumino al observar a lo lejos el lugar donde se hospedarían esos días, su abuelo le había hablado tanto de ese lugar lo describía como algo inigualable demasiado perfecto para ser verdad.

Pero ahí estaba no había obviado ni un solo detalle la antigua casa había sido construida sobre un risco junto al mar, plasmaba a la perfección el paisaje escocés sencillamente maravilloso y fascinante cargado de nostalgia mas la vista costera que le hacía contener su respiración.    

Valla! Es ahí donde vamos –Pregunto Gustav fascinado-

Si -Respondió Helena-

Es hermoso

Helena solo asintió con su cabeza no tenia palabras esta vez si no las tenía, la nostalgia la invadió quizás era esos días donde se encontraba demasiado sensible todo a su alrededor la afectaba más de lo que debía o simplemente lo extrañaba.  

Su abuelo había sido una de las personas más importantes en su vida perderlo no fue fácil al menos con él fue diferente tuvo el tiempo para hacerse a la idea que llegaría el día que ya no estuviera junto a ella, cosa que hubiese deseado con su madre.

Bajo del auto en completo silencio observo curiosa todo, sonrió ampliamente al sentir la brisa en su rostro había sido un día tan extraño pasar de una emoción extrema a otra  de la desesperación de sentirse vulnerable, a una nostalgia extrema y de la felicidad que le traía aquel mágico lugar, era como si la esencia de aquel hombre encantador estuviese presente ahí.

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Querida BB

Lamento no haber escrito antes es solo que no he tenido tiempo. Supongo que de nuevo decidiste viajar a otro lugar ya que mis mensajes no han sido respondidos.

Necesito pedirte algo, por favor no te niegues ya ha pasado mucho tiempo lejos creo que no soporto un día mas así, ella ya no está aquí ni el tampoco algunos días simplemente siento que voy a enloquecer, por favor ven a verme.

Hay algo que necesito hablarte creo que solo tu entenderías o al menos me ayudarías a encontrar una razón lógica de por qué todas estas cosas me suceden.

Por cierto estoy Escocia el abuelo tenía razón es hermoso recién llegue esta tarde, creo que yo no hubiese escogido mejor lugar para depositar sus restos, esta junto a la venta de ahí puede ver el mar.  

Papa y Edward están bien te manda saludos y besos. Yo también lo estoy créeme es solo que algunas veces siento que mis fuerzas se acaban.

PD: Gracias por el bolso es realmente hermoso… Por alguna razón siento que alguna vez me perteneció es extraño lo sé jamás lo había visto pero apenas lo tuve en mis manos lo sentí así  

Te quiere Helena