viernes, 28 de junio de 2013

Revelando Secretos

De todas las historias en las que me he involucrado Helena es la que más trabajó me ha dado.
A excepción de los primeros capítulos que fueron muy fáciles de escribir en todos los demás me he atorado.
La historia se me ha hecho interminable creo que Helena merece un cierre y ustedes un descanso.
El final esta en mi cabeza el problema va a ser ponerlo en papel.
El misterio es una de las características indiscutibles de Helena, pero a mi parecer tantos misterios sin resolver han hecho la historia un tanto trabada.
Revelando secretos es una pequeña serie que como su nombre bien lo menciona revelara algunos de esos secretos tan bien guardados por Helena con el fin de irle dando su tan merecido final.
No se preocupen ya están escritos  así que no se los prometo se los público!
Gracias infinitas a todas las esas personas que me han acompañado durante todo este largo tiempo, a todas las que me leen, me han regalado un me gusta y un valioso comentario han hecho enormemente feliz a esta frustrada escritora.
Un último favor envíenme sus buenas vibras, su energía o sus buenos deseos para que el final al fin pues ser revelado.

                          Octubre

lunes, 24 de junio de 2013

Capítulo 30

                         

El sonido de las llantas de su auto sobre la plazoleta le advirtió de su llegada, un vendaval rubio y pálido se adentro por el recibidor, no había dicho ni una sola palabra mas le bastaba observarla para saber que nada había salido como esperaba.

–Niña–Llamó la mujer tras ella.

–Que sucede Ginger, no tengo mucho tiempo.

–Su padre llamo.

–¿Y? –Apresuro Helena

–Me pido que le dijese que no lo esperara 
despierta, regresa esta noche.

Se atrevió a observarla a sus ojos por un momento, esperando que el gesto no le molestara, Helena la observo impaciente, deseosa de que una vez por todas lo terminara de decir.

–¿Ocurre algo?

–No es solo que usted debería

–Esta bien–suspiro–creo que puedo comer algo,  puedes subirlo a mi habitación, ¿Es todo? –Apresuro de nuevo Helena–Ginger asintió ligeramente aliviada dejando al fin marchar.

La pesada puerta de su baño se cerró tras ella mientras se dejaba caer al suelo, Helena respiro profundo antes de vaciar dentro del retrete lo poco que podía haber en su estomago. 

El agua fría termino de limpiar el paladar amargo y de refrescar aunque fuese un poco su demacrado pálido rostro.

En la penumbra de su habitación su figura desgarbada parecía ser solo una sombra más, la bandeja con los restos de lo que había comido se encontraba aun sobre la pequeña mesa a unos cuantos centímetros de ella.  

Luego de asegurarse que al menos algo había comido  inspeccionó silenciosamente el contenido de su bolsillo que se encontraba depositado en la mesa de noche junto a ella.

Las llaves de su auto, envolturas de goma de mas y una receta más, que llegaba a engrosar la lista de los medicamentos que debía tomar.

El silencio de su habitación se vio interrumpido por el crujir del cuero de la vieja y elaborada silla de madera al recibir su peso. Sus ojos oscuros y cautelosos se detuvieron en su figura dormida.

–No, no ¡No! –La escuchó gritar despavorida.

Confusa y aturdida lo observo entre las sombras de su habitación.

Lo observo ponerse de pie de inmediato en el momento justo que lograba liberarse de las sabanas que la ataban a su cama; no podía enfocarse en otra cosa que el insoportable dolor mientras  llevaba su mano hacia la herida , solo para percibir la humedad cálida teñir de rojo su piel.

El sonido de la navaja traspasando su hombro estaba aun estaba tan fresco así como la seguidilla de imágenes que se despertaban y se reproducían aceleradamente en su memoria, Helena dejo de ser ella para darle paso aquel perturbado ser que habitaba dentro de ella.

Su padre no pudo hacer otra cosa que paralizarse al escuchar desgarrar su garganta en un grito ensordecedor.

El poco valor que aun le quedaba debía de ser suficiente para hacerlo moverse de donde estaba para ir en su búsqueda.

Oleadas de temor y confusión la golpeaban, Helena observaba todo como si fuese  un espectador mas.

Las palabras de su padre y de Ginger que había llegado al escucharla, lograban de vez en cuando alterar aquella extraña conexión que habían entablado  ellas dos.

Sintió las manos  de su padre tomarla con relativa firmeza para forzarla a observar su reflejo, su hombro descubierto y pálido se cerro ante sus ojos dejando en su lugar aquella vieja herida.

Sus ojos grises se centraron en los de su padre arrastrando lo  con sigo ;Llantas desgastadas en el pavimento, el golpe destrozando la carrocería, vidrios rotos lloviendo como estrellas, silencio, miedo, dolor…

El peso de su cuerpo se desplomo en los brazos de su padre cuando el calmante hizo efecto en ella, su  agarre se profundizo, prácticamente la absorbió entre sus brazos , mientras ella junto a Helena  regresaban al abismo de sus secretos.

–No se por donde iniciar–La escucho mencionar mientras tomaba asiento tal y como se lo había pedido. –Supongo que a ella no le va agradar mucho que hable sobre él–

–Porqué?

–Suelo olvidarla... solía olvidarla cuando él estaba cerca.

– Interés restringido?

–Pensaba que los libros y té por supuesto, pero ahora que lo menciona supongo que lo fue mientras estuvo en casa.

–Porque nunca me había hablado de ello?

–No lo se–murmuró–

–El tiene nombre?

–Si, naturalmente lo tiene–sonrió–Pero espero que no le moleste que no lo diga.

–Bien–río–Si así lo desea.

Si bien sus razones eran completamente diferentes a Helena tampoco le entusiasmada hablar sobre ello, era quizás revelar más de lo que podía soportar.