Ni
el gratín de su abuela, ni la ducha fría ni mucho menos una cama que se le
hacía conocida.
Helena
despertó poco antes de que el sol saliera sin haber dormido lo que esperaba.
Sus
pies descalzos tocaron la madera fría dispuestos a salir de allí, en busca de
apaciguar aquella angustia que se había albergado en su pecho y no la dejaba en
paz.
Atravesó
la mitad de la casa a oscuras hasta llegar a la cocina, una pequeña brisa fría
se colaba desde el exterior por la puerta a medio cerrar; olía a él a él y a
nicotina.
—Tampoco
puedes dormir—Le escucha decir al salir.
Tom
dejo escapar el humo de su cigarro mientras permanece sentado en el escalón
bajo los pies pálidos de ella.
—No—Dice.
Más
no sabe si es para que se detenga o es sólo su respuesta. Con la nieve
poco más arriba de su pantorrilla lo observa dirigirle una mirada aprensiva. Al
tomar las botas de nieve.
Son
horribles y al menos dos tallas más grandes pero no puede hacer otra cosa que
ceder. Ceder y sujetarse de sus hombros mientras el chico las coloca en
sus pies.
—Odio
que me trates como una niña... ¡Ah! Y esto—Le dijo, al quitar de sus labios el
cigarro a medio terminar—Odio esto—Agrego en un susurro al alejarse de él.
Las
botas no hacen otra cosa que molestarle al caminar, se cerciora de haberlo
dejado atrás lo suficiente como para que no la observe quitárselas y dejarlas a
un lado en la nieve.
Sus
pies descalzos reciben el frío con naturalidad su paso se agiliza rápidamente,
arrastrada por la fuerza que ejerce deseosa de su encuentro.
^^^^
—Haz
visto a Helena—Pregunto con el rostro desorientado y voz cargada de
preocupación.
—Hace
un rato, ¿Ocurre algo?
—Pesadillas—Murmura
B-B y luego le sonríe—No me han dejado dormir.
—¿Quieres
algo?
—Estoy
bien, no te preocupes. ¿Sabes a dónde fue?—
El
chico asiente y la conduce en la misma dirección donde la vio irse sus pisadas
marcadas en la nieve los conducen sin dificultad.
Su
sonrisa no es suficiente para disimular el miedo que la carcome lentamente.
Tom
la observa sonreírle de nuevo en un intento por aliviar la atmósfera pesada que
los a envuelto.
—Gracias
por cuidar de ella, no debiste tomarlo tan en serio.
—Ha
sido divertido, creo que hasta le he tomado cariño.
—Ella
es—Se detiene y lo medita—Demasiado fácil de querer—Dice al fin.
Tom
guarda silencio mientras las palabras de B-B le calan hasta los huesos.
Lo
que al inicio no fue más que una petición descabellada se había convertido en
una necesidad.
Eso
era Helena una absurda y extraña necesidad, se había vuelto adicto a ella, a su
oscuro mundo, a sus escasas palabras, a su silencio, al perfume de su piel, a
su proximidad.
Helena
lo había arrastrado a despertar algo oculto e impropio en el.
Algo
que no podía catalogarse como cariño, aquella palabra era demasiado ligera...
Demasiado fácil quizás? Pero era lo único que estaba dispuesto a aceptar.
—Sólo
espero que no lo sepa.
—No
lo sabe.
—Estas
seguro.
^^^^
El
hielo a sus pies se agrieta y no hace otra cosa más que respirar, respira
pausadamente llenando sus pulmones de aire hasta su máxima capacidad.
El
último pensamiento que cruza por su cabeza antes de ser devorada por el lago,
se lo dedica a él y luego ya no hay nada más.
Sus
ojos se cierran llenándola de oscuridad mientras su cuerpo inerte empieza a
despertar.
Se
ha desprendido de su cuerpo lo sabe cuando se encuentra caminando en dirección
hacia las enormes puertas de metal.
Ha
estado allí antes, cuando tan sola era una niña más todo continua igual.
Los
altos y secos árboles al lado del camino se encumbran hacia el cielo gris,
llenando de sombras tenebrosas a donde quiere que observe.
La
niebla gruesa y espesa le dificulta respirar el pecho se le comprime mientras
se pregunta si todo a terminado ya.
Aún
lo siente, dentro de sus venas una ligera chispa de vida, un ligero deseo de
volver arriba de despertar.
Más
el deseo de continuar es más fuerte, más fuerte que los brazos que la sujetan y
tiran de ella más fuerte que el latir de su corazón al afrontar el mas absurdo
de sus temores.
El
chirrido de la puertas al abrirse retumba hasta el más recóndito rincón de
aquel infierno.
Si
no es el infierno se le asemeja enormemente, cada uno de sus pesadillas, de sus
miedos más bizarros y profundos están allí.
Helena
se abre paso por una pila de hojas secas, frutos podridos y pequeños cuerpos de
aves a medio descomponer.
La
desgastada propiedad se encumbra débil y sombría en medio de aquel mar de
podredumbre y muerte.
Allí
no han nada más que eso, muerte, olvidó... Y Eleonor.
Lo
piensa por última vez con el pomo de la puerta entre sus pálidas manos.
Al
sentir el familiar roce en su oreja, escucha las palabras débiles y lejanas
mientras se encamina en su interior.
^^^^
B-B
simplemente observa como si todo se tratase de una pesadilla aferrada a la ropa
del chico.
El
sonido a su alrededor sé a silenciado sólo se limita a observar como Tom se
pierde dentro del lago.
Los
minutos se transforman en eternidad mientras teme que ninguno de los dos salga.
—Llama
una ambulancia— Le pide al recuperar el aliento.
Ella
se queda quieta con su ropa apretada en su pecho y sus ojos negros perdidos en
la nada.
—B-B!—Le
llama al tomarla por sus brazos. El chico tiene las manos frías y el corazón
golpeándole el pecho sin cesar—Llama
una ambulancia—Le pide de nuevo con calma.
Como
puede mantenerla? Ni el mismo lo sabe. La adrenalina le recorre el cuerpo
dejándolo actuar.
Helena
parece no estar más que dormida, sumida en un sueño demasiado profundo del que
no está seguro si podrá despertar.
Sus
labios atrapan los suyos por primera vez... Todo parece ser tan irreal. El
aliento del chico la llena mientras sus manos firmes comprimen su pecho.
—Tienes
que despertar—Le susurra al reposar su frente sobre la de ella.
No
puede sentir nada a pesar de lo profundo del contacto, su aliento aun esta
cálido, cálido y fresco como una brisa de verano.
Sus
miedos se han materializado la absorbe entre sus brazos en un intento
desesperado por sentir que aún respira, que aún hay algún vestigio de vida, que
aún hay alguna chispa algo...
—Yo...—Ni
siquiera puede decirlo—Las palabras se quedan atoradas en su garganta.
Todo
alrededor suyo en un caos. La besa en la frente y la suelta mientras los
paramédicos intentan traerla de vuelta, de vuelta a él.
Están tan triste y hermoso al mismo tiempo.
ResponderEliminarMe encanta como la cuida y todo eso que siente por ella y no sabe que es.
Hermoso de verdad, espero el próximo.
Saludos
Me alegró que te halla gustado
ResponderEliminarGracias por pasarte por aquí y comentar!