jueves, 26 de agosto de 2010

Capitulo 8



Sentado cómodamente en ese viejo y confortable sillón pensaba una y otra vez en que ocupar su tiempo, tenía el nombre de ese lugar pegado en su cabeza, se levanto de ahí decidido en busca de los demás chicos la idea de salir por un par de tragos fue bien recibida, se habían quedado ellos cuatro solos, su padre junto a David,  Gustav y un par de personas  mas que solían trabajar en esa casa habían salían muy temprano de pesca.

Hasta cierto punto la necesitaba para llegar solo que había un pequeño problema, llevaba prácticamente un día entero con ese libro entre sus manos, que lo dejara por al menos un par de horas para ayudarlo a encontrar el lugar  iba a ser complicado, subió a su habitación busco entre sus cosas algo que la protegiera del frio, un abrigo una bufanda y un par de guantes estarían bien.

Aprovecho que estaba totalmente desprevenida dio un tirón de su mano tomándola por sus hombros y sin dejar siquiera que reaccionara, se vio obligada a salir de esa habitación,  Helena bajo las escaleras a regañadientes mientras se abrigaba.

Al menos puedes decirme a donde vamos?

Sabía que por el momento no debía decírselo así lo hizo solo le sonrió mientras tiraba de ella para salir de la casa. Solo quiero que me ayudes a encontrar algo- Dijo al fin abriéndole la puerta del auto-

Algo? –Quiso saber al tomar asiento y abrochar su cinturón- Edward no le revelo mas, encendió el auto y partieron, a excepción de el ninguno sabía muy bien a donde se dirigían encontrar un bar en lugar tan remoto como ese parecía ser  difícil de encontrar.

El silencio se rompió al encontrar la primer señal que ya le era incomprensible, tomo de la guantera del auto un mapa, se lo dio a su hermana.

Sabes que no entiendo ni una sola palabra –Menciono Edward-

Durness un pequeño y remoto pueblo costero, quedaba a poco más de dos horas en auto desde donde estaban, era de los pocas localidades que aun mantenían  el gaélico como lengua materna, de ahí su insistencia en que los acompañara.

Queda muy lejos-Pregunto Bill-

Un par de horas creo –Respondió Helena- A la derecha –Le indico a Edward-  Pero que hay ahí?

Un Bar… No?

Se dio la vuelta observo a Georg quien era el que  había respondido su pregunta luego dirigió su vista a su hermano con cierto gesto de recelo.

Bueno no es un precisamente bar es una…

Taberna concluyo Helena, aun no podía creerlo que la hubiera traído solo para eso.

The Butcher's Hook aunque tenía un nombre un tanto extraño no era más que una particular y muy pintoresca taberna… De esas que re rehusaban desaparecer con el paso del tiempo, no era un bar o pub o alguno de esos populares y bonitos lugares británicos en donde se reunía la gente a beber solo era una vieja y excéntrica Taberna

♦♦♦


Después de ser inspeccionados de pies a cabeza al entrar al lugar por las muchas personas que ahí se encontraban todos ellos hombres caricaturescos que al menos le doblaban su edad, se sentaron en una de las mesas vacías.

A los chicos aquel ambiente  les resultaba cómico hasta divertido total eran chicos después de todo aquel lugar no se veía mal era Diferente un poco  loco  pero estaba bien mas que bien, sus planes eran solo tomar unos cuantos tragos y pasar totalmente desapercibidos al juzgar por lo visto ahí podrían hacerlo.

Al poco tiempo una mujer simpática, robusta y con un marcado acento escocés se acerco a ellos era toda una novedad tener caras frescas, botinas y sobre tan jóvenes en ese lugar. Tres cervezas, una taza café… -Repitió en voz alta el pedido de los chicos- Y para ti cariño?

Solo agua embotellada

Agua?

Si gracias -Respondió Helena-

La idea de haber dejado la casa y su libro solo para ayudarlo a encontrar un lugar donde beber no le hacía nada de gracia pero ahora estaba ahí no tenía más opción que soportarlo.

Los lugares cerrados y llenos de tanta gente extraña algunas veces solían causarle cierta incomodes, escuchaba las voces estruendosas retumbar en su cabeza, las risas, las conversaciones y toda aquella energía encerrada en ese pequeño lugar era demasiado para Helena,  se sentía como si  robaran de ella todas su fuerzas.

De nuevo volvía a ocurrir se vio sin razón alguna caminando entre la gente buscando algo que ni siquiera sabía bien que era, solo sentía muy dentro suyo esa necesitad de buscarlo, coloco sus manos en la manija con un suave giro abrió la puerta el letrero que colgaba de ella “Salón Para Damas” se le hacía familiar.

Su curiosidad ante aquel lugar se desbordaba por cada uno de sus poros, camino despacio precavida,  temerosa sin saber a ciencia cierta que podía esperar. El viejo piano en una esquina, los hermosos y encantadores sillones, los retratos en las paredes,  el candelabro que colgaba en el centro de la habitación, inclusive su típico olor todo absolutamente todo estaba ahí intacto como antes pensó.  

Sintió como algo dentro suyo se calmaba al caminar y observar todo, como miles de  sensaciones que sabía muy bien que no le pertenecían aparecían, entonces porque demonios las sentía, PORQUE.

Hasta cierto punto todo esto le resultaba  frustrante era como si no tuviese el control de su propia vida como si alguien tomara las riendas de sus emociones hiciera con ella lo que quería.

Con un gesto de angustia en su rostro tomo asiento frente al piano y recordó la primera vez que todo sucedió….

♦♦♦♦

Tres horas y media más tarde lo que al principio era solo dos tragos se había convertido en algo más, no podían recordar cuándo fue la última vez que se habían sentido así esa sensación de completa libertad de volver a sentir que tenían el control de su tiempo en sus manos.

Aquellos tres chicos se habían mezclado por completo en el ambiente de ese lugar que los había acogido como propios, al verlos reír y disfrutar de la manera que lo hacían con algo tan común para él, de cierto modo lo hizo reflexionar quizás Helena tenía razón al decirle, en las cosas más simples de la vida era donde podía encontrar  la verdadera felicidad, o quizás simplemente ya estaba ebrio y empezaba  filosofar pensó, mientras reía.

Creo que mejor nos vamos – Dijo Tom revisando la hora en su reloj- A excepción de los otros tres estaba con los cinco sentidos intactos tres tazas de café un cerveza le habían sido suficientes.

Iban saliendo del lugar, Edward tenía la leve sensación que algo se le olvidaba además de las llaves del auto que a pesar de buscarlas insistentemente aun no las encontraba, la tarde noche estaba más que fría, los chicos esperaban cerca del auto para poder entrar en él y calentarse un poco. 

Nada? Pregunto Bill impaciente. Edward le hizo un gesto con sus manos dándole a entender que no sabía donde rayos estaban. Bill temblaba de frio mientras se dejaba caer junto Georg en el asiento de la entrada.

Tom solamente rio, abrió la puerta volvió a entrar, suponía que aun debía de estar ahí camino por el pasillo hasta el fondo hasta encontrar la puerta entre abierta al entrar pudo escuchar un sonido que provenía del piano y que reconocía.

Apoyo su hombro y su cabeza en el marco de la puerta mientras la observaba a lo lejos tocar, porque no podía recordarla? Estaba más que seguro que la había escuchado en algún otro lugar no quiso interrumpirla así que espero paciente mientras escuchaba.  

Siempre tenía el mismo efecto tranquilizador en el no sabía por qué pero podía escucharla por horas sin cansarse, al final del día en la completa intimidad de su habitación no había otra cosa que lo calmara o relajara más que aquella melodía aunque solo en las noches más lluviosas o en las mas nevadas y frías la escuchaba.

Se le hacía difícil creer a pesar de verlo con sus propios ojos que fuera ella,  la misma persona aquella que consideraba fría e inexpresiva fuera la causante de hacer sonar esa melodía que expresaba tanto…

Ya nos vamos. –Le dijo al verla finalizar- Helena lo observo a través del espejo tomo sus guantes que estaban sobre el piano los coloco en sus manos se fue con él.

La cara de Georg al verla lo decía todo la habían olvidado por completo, la risa del chico se apago  seguida de la de Bill, eso no le importaba tanto si que EL su hermano que había insistido en traerla ahí lo hubiese también hecho.

Donde estas llaves? –Quiso saber de inmediato- Edward esta estaba más que torpe reía sin parar, apenas si podía mantener su vista fija para observarla. Las llaves!!!!- Insistió la chica molesta-

No lo sé- Le dijo alzando un poco su voz- no recuerdo donde las puse

Le hablo alguna que otra cosa en francés, que al juzgar por el tono al decirlo no debía ser nada agradable y de pronto así de la nada  ese tono cambio radicalmente, a uno más dulce sus palabras sonaba encantadoras y embriagantes.

Se inclino hacia el chico le sonrió dulcemente, acariciando su mejilla mientras le susurraba algo era como una pequeña niña dulce y tierna.

El sonido fuerte y seco de su mano al estrellarse  con la mejilla del chico los saco aquellos tres del trance.

¡Hey! -Se quejo Edward- Llevando su mano hacia su rostro, la miro furioso pero de alguna u otra manera se las cobraría eso lo sabia le sonrió maliciosamente mientras revisaba en los muchos bolsillos de su abrigo hasta encontrar con ellas al hacerlo las dejo caer en las manos de Tom se notaba algo dudosa, se alejo en dirección al auto 

♦♦♦♦

Apenas si tenía dos horas de haber conciliado el sueño, mas aun así como era costumbre su cabeza estaba más que alerta llevando y trayendo miles de imágenes, recuerdos, rostros de personas, sonidos voces  olores, era dormir y la vez no hacerlo su cuerpo reposaba abrigado en su cama  mientras su cabeza la llevaba lejos muy lejos de ahí.

Era la misma niña, hacia tanto tiempo que soñaba con ella que le era extraño que después de tanto siguiera aun sin revelarle su rostro, de hermosos cabellos ondulados largos y negros, piel blanca,  delicada, de apariencia frágil y mediana estatura.  

Esta vez parecía tener poco más de quince años iba vestida con un camisón blanco, tenía sus pies descalzos deambulaba sin saber bien a donde se dirigía solo caminaba de una a direcciona  a otra como si estuviese atrapa en ese bosque sin poder encontrar la salida.

Cuando al fin se detuvo tomo asiento en el tronco de un árbol se abrazo a sus piernas giro su mirada le mostro a Helena lo que parecía ser una tumba vacía…

De inmediato abrió sus ojos trato de despertar, se dirigió al baño abrió la llave roció agua muy fría sobre su rostro,  trataba de borrar desesperadamente esa imagen de su cabeza se negaba rotundamente a saber más, algunas veces la dejaba mostrarle cosas pero esta vez  simplemente no quería, no quería saber más.

Nota: El capitulo quedo corto pero no saben lo que me costo, por alguna razón  no podía escribirlo, pero bueno aquí esta espero les guste  y Comenten por lo menos algo : )

4 comentarios:

  1. Me encanta, me fascina el fic!!!!
    no sabes las que paso esperando el siguiente capitulo
    de verdad lo amo,
    muchas felicidades y espero nos leamos pronto
    saludos

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  2. Me encanto(: sigue escribiendo q es de lo mejorr..
    saludoss

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  3. Cuando leí el cartel aquel, en escoces supuse, me quedé o_o

    que fuerte no me esperaba que helena le pegara una cachetada =O

    espero el siguiente =)

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  4. Que mal que no puedas subir esta semana. Me encanto y como siempre me dejaste con ganas de mas

    Saludos y suerte

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