martes, 3 de agosto de 2010

Capitulo 4


Su idea definitivamente no era seguirla estaba ahí solo por su perro que había salido corriendo tras ella desde el primer instante que la vio, de un minuto a otro se vio perdido en medio de ese laberinto después de todo quizás no había sido muy buena idea pensó, al ver el gesto que tenia al verlo. 

No te estaba siguiendo, solo viene a buscar a mi perro –Quiso aclarar el antes de que hubieran malos entendidos-

Solo espera que baje la neblina –Se detuvo a ver el rostro del chico incrédula- Va hacer más fácil encontrarlo –Continuo-

Puedes decirme como salir de aquí –Pidió Tom-

Suspiro un poco se alejo en silencio, estaba confundida minutos antes podría jurar que  era su hermano olía igual que el y se sentía igual que el. Ven – Pido al verlo aun alejado de ella-

El chico la siguió a paso lento solo les tomaría algunos minutos llegar al lugar donde Helena pensaba llevarlo, pero el silencio incomodo que había entre los dos hizo de aquel pequeño trayecto una eternidad.

Al llegar se encontró con un enorme círculo de adoquines, algunos arbustos de muchas formas y unos cuantos asientos era como un pequeño parque en medio de aquel extraño lugar, hallarlo no fue tan difícil a poco metros de donde estaban lo encontraron olfateando algo en el suelo, el perro lo tomo con fuerza entre sus dientes lo novio de un lado al otro.

Al ver esto Tom se apresuro su paso hacia el,  al acercarse y ver mejor lo que el sujetaba se asusto.

Que haces suéltalo –Le grito enfadado- Oh no! Que hiciste –Suspiro frustrado-

La traviesa criatura hizo caso omiso al chico corrió hacia Helena dejando caer en sus pies lo que cargaba, la chica no pudo evitar conmoverse aquella pequeña bolita de pelos aun respiraba con gran dificultad pero lo hacia, se estremeció un poco luego entro en una calma absoluta. 

Era tuyo –Pregunto al verla conmovida-

No -Respondió sin dejar de ver al conejo- Vienen del bosque. Curiosa más que curiosa con la punta de su bota negra movió el pequeño cuerpo sin vida del animal luego rio, acaricio un poco la cabeza del perro que buscaba con anhelo su atención volvió a reír.

Lo mataste –Dijo en un susurro- Busco entre sus bolsillos la razón por la cual siempre la seguía.

Era extraña demasiado extraña pensó Tom al verla, su mirada y ese gesto permanente en su rostro, tenia una manera particular de verlo era como si buscara en sus ojos algo, podía sentir como esculcaba en ellos buscándolo.

Helena se agacho un poco mientras el perro devoraba el dulce que le había dado, busco en su collar algo que le diera una pista de su nombre pero no había nada y luego un nombre se le vino a la cabeza, seguido de un recuerdo uno más.

Sam? –Dijo en voz alta-

Es Max –Corrigió el chico, mientras ataba la correa a su collar- Su nombre

Una sonrisa forzada se dibujo en sus labios, se incorporo limpiando de su ropa los restos del dulce que había. Solo tienes que seguir directo- Dijo señalando uno de los senderos del laberinto. Camina directo -Recalco-  no te desvíes ni tomes otro camino, solo sigue directo saldrás fácilmente.

Tom desvió la mirada al sendero que ella señalaba al girar de nuevo donde ella se encontraba ya no estaba la busco con la mirada la vio perderse entre los arbustos cercanos, parecía tener prisa mucha prisa. Vio la hora en su reloj pasaban más de la una de la mañana,  se pregunto a donde podía ir sola y a esa hora.

♦♦♦♦

Abrió cautelosa la puerta de la cocina parecía que ya había alguien despierto a pesar de ser tan temprano, cerro la puerta con cuidado observo la habitación quiera evitar lo mas posible un encuentro con su hermano, camino tratando de no hacer ruido cuando escucho a  Ginger dar unos golpecitos suaves a su taza de te, Helena rio un poco mientras se acercaba a la mujer que la observaba con cara de preocupación.

Buenos días –Saludo aun risueña-

Hay niña- suspiro Ginger- si Edward se entera

Esta aquí?

No aun duerme    

Tomo asiento frente a ella mientras le servía algo de la bebida. Debe tener mas cuidado cuando salga a caminar por ahí- La joven bebió de su taza y la observo curiosa- El jardinero encontró un conejo hecho pedazos en el laberinto hace un rato. Cree que fue un zorro o un…

Un Zorro? –Rio-  Aquí no hay nunca e visto fue Sam

Sam?

Ah… El perro

El de Tom, pensé que se llamaba Max

De todas maneras créeme lo único que hay en ese bosque son algunos conejos y cuervos solo eso

Continúa sin poder dormir.-Pregunto Ginger-  Estaba de mas hacerlo lo sabía perfectamente. Helena simplemente encorvo un poco sus hombros suspiro resignada, últimamente prefería restarle importancia al tema y no hablar más de él. Cuando era niña todo era más fácil bastaba con alguna historia fantástica para calmarla ahora parecía que nada lo hacía.

Que le paso en la mano –Quiso saber la mujer el ver el trozo de tela negra que la cubría-

Recuerdas lo que el abuelo solía decir sobre los cuervos

Aun podía escuchar claramente su voz esa tarde que la llevo de paseo por primera vez a la Torre de Londres…” No lo mires a los ojos son agresivos y te sacaran los ojos”-Susurro el hombre con un dejo de misterio- Tan solo tenia escasos tres años y mas que una advertencia que pudiese atemorizarla lo que causo en ella fue una enorme curiosidad. 

Lo recuerdo –Respondió Ginger-

Bueno tal vez no te sacaran los ojos pero si son agresivos –Dijo viendo su mano- Solo quería tocarlo era  hermoso

Tocarlo Helena!!!. La mujer de inmediato tomo su mano quitando aquel vendaje improvisado, siempre los había considerado “aves de mal agüero” quizás influencia por las historias “Saca ojos” del abuelo.  

El pico de aquel animal había logrado hacerle una herida profunda en un costado de su delicada y blanca mano que aun sangraba, claramente le dolía al ver su gesto.

Helena rio maliciosamente al recordar los sucedido, deslizo su otra mano en uno de los bolsillos de su abrigo le mostro a Ginger, entre sus dedos dos hermosas y negras plumas que había logrado quitarle al animal en señal de venganza.

Creo que  no lo va a volver hacer- Dijo con ese toque de malicia en su mirada que lograba erizarle la piel de la mujer-

♦♦♦♦

El invierno estaba cerca lo podía percibir algo dentro suyo se lo decía, esa época del año le traía una calma un tanto atípica a pesar de que también le traía consigo algunos recuerdos no gratos. Su humor cambiaba radicalmente con las primeras muestras que daba el invierno, era tan fácil notarlo era un poco mas accesible de lo que solía ser la mayoría del tiempo, en su rostro se hospedaba durante esos gélidos meses una sonrisa cálida y sus ojos quizás eso era lo mas notable sus ojos…

Highlands donde es?  -Pregunto el chico de trenzas-

Llevaban ya algún tiempo hablando sobre ese lugar, el padre de Edward y de Helena le había parecido buena idea pasar algunos días libres ahí, hablaba con ellos sobre la posibilidad de ir total el receso de las fiestas estaba próximo, la agenda de los chicos estaba mas accesible en esos días según decía David, así que no veía ningún problema en ir, además algo de tiempo libre no les caería nada mal. 

Es en Escocia –Escucharon decir mas aquella voz no la pudieron reconocer- La habitación se quedo en completo silencio.  Highlands… Es en Escocia – Volvió a repetir Helena- Mientras lo observaba de una manera muy normal demasiado normal viniendo de ella.

Helena no entendía por que la miraban como si fuese algún espectro extraño que se acaba de presentar en la habitación, los chicos no recordaba cuando fue la ultima que la escucharon hablar, habían pasado ya un par de semanas del aquel encuentro en el laberinto Tom podría jurar que ya ni siquiera recordaba como era su voz, a excepción de Bill ninguno la había escuchado decir mas de dos  frases seguidas.

Edward rio un poco mientras los observaba y llevaba un poco de su cena a la boca, definitivamente el invierto ya estaba muy cerca pensó.   

Quieres ir –Pregunto su padre- A sabiendas que esos días libres antes de las fiestas  prefería pasarlos en Paris con su abuela.

Su tía llevaba ya mas de tres años de viaje no regresaba a casa ni siquiera para las fiestas así que la joven supuso que ese año no seria la excepción.

Si hace mucho tiempo que no vamos no? –Respondió Helena-

Tenias apenas tres años no debes de recordar mucho –Su padre le sonrió-  Ella también lo hizo mientras comía algo más de su cena con muy poco apetito.

Un ¡Valla habla! en alemán se le escapo a Gustav de su boca, gesto que solo los hizo reír a carcajadas a pesar de que fue la única que no entendió palabra alguna de lo que el rubio había dicho no le fue tan difícil suponerlo. El chico ni siquiera se atrevió a mirarla estaba avergonzado además de que temía encontrarse con su extraña mirada.

Minutos mas tarde esa misma noche los chicos junto a Edward salieron al jardín a fumar Gustav prefirió refugiarse del frio quedándose cerca de la casa, sentado en uno de los escalones que llevaban al jardín, la había escuchado hablar con Ginger en la cocina, esta quedaba a poco distancia podía ver su interior a través de los ventanales, las luces de la habitación se apagaron las escucho despedirse.

Le dio la ultima calda a su cigarro apago lo que quedaba de el en un pequeño plato que estaba a sus pies, había escuchado a Ginger quejarse tantas veces de lo mismo nunca entendía el por que, hasta ese día la comprendió perfectamente no le fue nada agradable girar hacia su derecha ver a alguien a escasos centímetros de el. 
      
Sintió como su corazón daba un giro dentro de el, sus ojos se abrían como platos ¡Demonios! –Dijo el chico llevando su mano hacia su pecho sobresaltado- Ella lo observo con un gesto sereno en su pálido rostro y con un dejo de burla reflejado en sus ojos.

La poca luz que se filtraba del interior de lobby le permitió verla mejor, llevaba en sus manos una caja color rosa pálido la cual abrió dejando ver su interior llena de (puddings, sponge cakes , pie minuaturas) y alguna que otro prostre británico mas.

No era partidario de la comida Británica le parecía un tanto sin gracia pero los dulces… los dulces simplemente le encantaban.

Quieres? –Pregunto Helena acercando a caja a el- Después de pensarlo mil veces Gustav tomo algo.

No hablaron mucho, pero aquel silencio entre los dos no les era incomodo al contrario, la vio sonreírle un par de veces supo que no se había molestado por su comentario, quizás era muy extraña o  hablaba muy poco pero después de un tiempo con ella ahí supo que era agradable. 


♦♦♦♦

Esa tarde al salir del colegio le sorprendió que el auto no estuviese, Colín el hombre que solía llevarla a todas partes solía ser siempre muy puntual lo mas probable es que algo halla pasado pensó Helena. Suspiro un poco mientras tomaba asiento a la salida del edificio, reviso su celular no había  ningún mensaje quizás solo era un simple retraso pero la idea de tener que esperar le resultaba sumamente fastidiosa.  

Media hora había pasado la plazoleta principal del colegio estaba desierta la noche anterior la primera nevada de la temporada había hecho su acto de presencia dejando una estela blanca a su paso, sintió como poco a poco pequeñas hojuelas de nieve golpeaban con suma suavidad su rostro, le gustaba tanto esa sensación era como una delicada caricia fría que de alguna manera borrada aquello que había sentido esa vez. 

Cerro sus ojos refugio sus manos dentro de su abrigo mientras dejaba que la nieve recorriera su rostro a su antojo, no llevaba mucho tiempo así  cuando se percato que alguien se acercaba sus pasos en los adoquines de la plazoleta lo delataban, podía sentir como se acercaba ella lentamente mientras la observaba.   

En ningún momento abrió sus ojos continuaba así a ciegas solamente sintiendo lo que a su alrededor pasaba, la persona solo estaba a centímetros de ella quizás justo al frente suyo, se sentía como el inclusive el aroma era suyo, pero desde ese incidente en el laberinto ya no estaba tan segura de sus sentidos. Abrió sus ojos lentamente muy cautelosa lo observo

Lo siento no quise hacerte esperar ya sabes el trafico a estas horas- Se disculpo Edward tomando asiento junto a ella-  Que! – Quiso saber al ver el gesto que tenia-

Mm.. Nada –Volvió a cerrar sus ojos-

Como si no la conociera pensó el chico, era como si esperase que el fuera otra persona alguien al que no quería encontrarse. Hizo una pequeña mueca con su boca mientras buscaba su encendedor en alguno de sus bolsillos. Helena de nuevo abrió los ojos arrebatando de la boca del chico el cigarro camino hasta su auto, solo había una sola razón para que el estuviese ahí, fue en ese instante donde se percato que otro año había pasado. 

3 comentarios:

  1. ohhhh

    me gustaaaa 0_0 helena es tan misteriosa y la música le da un toque tan extraño x3

    xD quiero el siguienteee

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  2. Me ggustaa ... mmee gusta ... mmee ggustaa ¡¡¡¡

    Muchos bbesoss para ttii ... :)

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  3. adoro a Helena...

    es encantadoramente arrogante y sugestiva

    y ese momento con Tom ha sido maravilloso...

    esta chica se la pasa asustando a todo el mundo xD

    eres una escritora maravillosa....es un placer leerte

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