Capitulo 5

Quizás por ser el hermano mayor o simplemente por ser hombre o por que esa era su naturaleza, tenia la necesidad de ser el chico fuerte, sobreprotector, el que estaba siempre pendiente de su hermana aunque algunas veces se extralimitara a tal punto de asfixiarla.

Helena era un espíritu libre que vagaba a su antojo ponerle un límite o simplemente decirle No lo único que lograba era  despertar en ella esa rabia contenida, pero a pesar de todo cada vez que visitaba a su madre la necesitaba junto a el, aquella niña de engañosa apariencia frágil era la única que lograba darle la fuerza necesaria para hacerlo. 

El solo hecho de pensar que el hubiese estado en su lugar lo volvía loco, detuvo el auto en la entrada de lugar Helena observaba por la ventana la nieve mientras aun llevaba en su mano el cigarrillo que le había arrebatado, al percatarse de ello oprimió el botón que abría la ventana se deshizo de el con un gesto de desagrado.

No me molesta quedarme aquí toda la tarde, pero entre mas rápido lo hagas te sentirás mejor –Dijo la chica abriendo la puerta del auto-

Ella no necesitaba de un día en especial para visitarla cualquier le parecía bueno en especial cuando necesitaba hablar, Edward apenas si reunía el valor necesario para hacerlo una vez al año, respiro profundo se armo de valor, segundos después se vio caminado tras Helena como era su costumbre la vio tomar asiento lejos de donde se encontraba su madre.

Siempre solía dejarlo solo con ella desde que todo ocurrió había respetado su decisión no la compartía, mas aun así la respetaba estrictamente siempre era la misma escena Helena no necesitaba ni si quiera observarla, hablaba con ella un par de frases luego rompía en llanto como un niño, podía sentir como algo dentro suyo se desgarraba por completo de aquel chico que conocía tan bien no quedaba nada.

Lagrima tras lagrima derramaba su dolor en aquel lugar tan hermoso no sabía cuanto tiempo había pasado arrodillado junto a su madre cuando sintió el roce suave de una mano sobre su hombro.

Te prometo que un día esto solo será solo un recuerdo- Dijo Helena extendiéndole su mano- Siempre, siempre sabia cuando era suficiente o cuando no, nunca lo dejaba destrozarse demasiado.

Ya sabes lo que siempre decía nada de lágrimas…

Ni  flores -Completo el la frase con una sonrisa triste-

Con sus gélidas manos limpio las lágrimas del chico acomodo un poco su cabello despeinado y lo abrazo solo habían dos personas que con un simple abrazo lo hacían sentir mejor era como si con ese gesto absorbieran todo lo que le hacía daño, una de ellas era Helena y la otra descansaba a sus pies.

Marion Deneuve

Pas de fleurs ou les larmes

1977 -2008

♦♦♦♦

La joven esperaba paciente el borde de la mesa llevaba allí  poco más de cinco minutos Helena parecía aun no decidirse, tenía una sonrisa amable en su rostro esperaba pacientemente, Edward guardaba silencio desde que salieron del cementerio había pronunciado apenas unas pocas palabras. Afuera la gente corría de un lado al otro refugiándose de la repentina tormenta de nieve, el sonido metálico de una campana anunciaba la presencia de un cliente más en aquel encantador y abarrotado lugar.

Si quiere puedo regresar después, si necesita tiempo para decidir

Lo siento –Se disculpo Helena-  Quiero la ensalada y el salmón por favor

No se preocupe –Dijo la joven tomando los menús- Como siempre? –Se adelanto a preguntar-

Si gracias –Agradeció con un gesto de extrañada- Apenas si podía reconocerla pero al parecer aquella chica la recordaba muy bien en especial lo que solía comer y es que aquella orden tan peculiar era muy difícil de olvidar.

Salmon sin piel al horno perfectamente cocido (ni muy rosado ni muy blanco) bañado con aceite de trufas blancas, con apenas una pequeña cantidad de sal, pimienta y eneldo.  La ensalada se reducía a una porción de rúcala orgánica muy fresca pepino y menta. Nada de tomates ni pimientos ni ninguna de las demás cosas que llevaba la receta original o que tuviese mucho color solo eso exclusivamente eso.

Creo que venimos mucho a este lugar

Creo que si –Respondió un sonriente Edward- Al verlo parecía ser el mismo de antes. Ah! se me olvidaba – Menciono buscando algo dentro de su abrigo- Llego esto para ti.

Le entrego en sus manos un sobre de mediano tamaño a diferencia del que había llegado hace menos de un mes se notaba más liviano contenía una carta con pocas palabras.

Que dice, está bien?

Si aun está en la India- Respondió Helena sin dejar de leer la carta- No viene para las fiestas 

La joven continuo leyendo y el por simple curiosidad tomo el sobre aun había algo mas un hermoso y pequeño bolso se notaba algo viejo pero conservado casi que en perfecto estado.

Te envió esto

Lo reconoció casi de inmediato o al menos lo sentía así, practicante lo arrebato de las manos de su hermano y busco en su interior no sabía que buscaba solo que debía hacerlo ahí estaba escrito en un bolsillo interno “EB 1877”  la misma inscripción que estaba tallada en la vieja caja de música que su abuelo le había regalado.

Dudas, muchas dudas se apoderaron de ella y temor por que le ocurrían esas cosas por que….

Helena está todo bien

Si –Le sonrió- hay un número en la carta, un teléfono quiero llamarla

Ok, cuando lleguemos a casa lo hacemos, pero por qué esa cara?

La extraño –Respondió rastro de incertidumbre  que le conocía bien-

♦♦♦♦

Llevaba horas ahí afuera en ese columpio lo único que pensaba Ginger al verla era que se iba a enfermar, suponía que después de todo el colegio le hacia falta al menos un poco. Abrió la puerta y la llamo por su nombre, tenia algo de tiempo libre antes de la cena, abrió una de las gavetas del mueble de la cocina tomo un libro de ella.  

Helena entro minutos después al ver el libro sobre uno de los muebles supo la razón del llamado,  hizo a un lado el libro se sentó sobre el mueble.

De verdad quieres que lo lea de nuevo?

La última vez se lo prometo

La ultima vez? Ya van tres veces que me dices lo mismo creo que seria mas interesante si te leo uno de los míos –Menciono con una sonrisa algo maliciosa-

Sabia que no le iba hacer cambiar de opinión, si bien es cierto Jane Austen le resultaba fantástica había leído para Ginger tantas veces Orgullo y  Perjuicio hacerlo una vez mas le resultaba agobiante.

Solo faltan unos cuantos capítulos – Dijo la mujer en un tono que casi rayaba en suplica- 

Basto eso para convérsela suspirando tomo el libro entre sus manos busco la ultima pagina que le había leído, Ginger tomo asiento la escucho leerle le gustaba tanto que lo hiciera, no era una simple lectura llana y vacía había heredado de su abuelo el talento para narrar maravillosamente.

Sus cambios de entonación aquella facilidad para hacerla imaginar  o para hacerla sentir cada emoción casi se sentía como la misma protagonista del libro era realmente fascinante escucharla.

Alguien había entrado a la habitación mas no le había prestado mucha importancia, le estaba narrando la parte que mas le gustaba a Ginger a pesar de que se sabía cada frase de ese libro casi de memoria no podía evitar emocionarse ante lo que leía, aspiro un poco guardo silencio un par de segundos y continuo.

Mas no fue por mucho tiempo un par de frases después se detuvo de golpe observo hacia atrás por encima de su hombro de inmediato continuo leyendo,  al verlo pensó que jamás se iba a acostumbrar a su presencia.

El chico se notaba algo aburrido, así era después de dar mil vueltas por esa casa opto por la cocina Ginger solía siempre estar ahí la considera muy agradable, se acerco al refrigerador tomo algo de jugo mientras se servía prestaba atención a lo que ella leía. 

Su reacción era muy sutil pero Ginger que la conocía bien se percato de ello de inmediato, bastaba algo mas que un chico para ponerla nerviosa eso lo sabia bien pero no se notaba cómoda con el ahí. 

Cuando termino de leer esa pagina le dio la vuelta cuidadosamente dejando caer el separador del libro, Tom lo tomo del suelo Helena se detuvo de nuevo muy dudosa extendió su mano hacia el, fue solo un simple rose casi insignificante mas aquella sensación no lo fue.

Creo que es suficiente hoy por no crees? - Dijo volviendo en si- Coloco el separador dentro del libro salió de ahí, ni Ginger ni el chico dijeron absolutamente nada, solo la observaron salir por la puerta para instalarse de nuevo en ese columpio.

Todo aquello había sido tan extraño inclusive para Ginger, se había ido por completo era como si su mente la hubiese alejado de esa habitación por varios minutos para llevarla a algún otro lugar muy lejos de ahí, de la  misma manera en la que se fue regreso.

Quieres algo de comer–Pregunto la mujer tratando de restarle importancia a lo que había pasado-

No… No gracias –Respondió el, que aun la observaba con un gesto de no entender absolutamente nada- 

Hola –Suspiro- es Helena de nuevo. Por favor llámame apenas escuches esto, es muy importante necesito hablarte. Había perdido la cuenta de cuantos mensajes había dejado en su teléfono, sabia que era demasiado bueno haber enviado en número para ser verdad.

Colgó la llamada guardo su celular en su bolsillo continuo meciéndose en el columpio, aun podía sentir como esa sensación la recorría por completo, volvió a ver su mano pensativa giro su mirada hacia atrás donde ellos aun se encontraban sin entender aun el por que habia reaccionado asi.