Helena lo observaba limpiar los rastros de
carboncillo que había en ella con cierta incredulidad.
¿Porque no había hecho lo que todos los
demás? Darse por vencido de sus cambios de humor constantes, de su arrogancia,
de sus inseguridades y de todo aquel maldito desastre que era ella.
Porque le complacía cuidarla como si fuese
sólo una niña malcriada.
Quizás porque él también lo percibía, pensó
mientras lo observaba llenar su vaso con agua.
—TOC—Confeso al tintinear el frasco de
pastillas—Insomnio y demás porquerías—Agregó con cinismo.
TOC, asperger, demencia o Eleonor el
diagnóstico había variado desde que era niña y en aquel punto realmente ya no
le importaba.
Sentía como la sangre en sus venas se
apaciguaba lentamente, como el veneno que la había infectado al saber más de su
pasado la dejaba en libertad.
Sentía como su cuerpo dejaba escapar el peso
de su realidad, se sentía ligera, frágil, se sentía de nuevo ella aunque no
podía estar segura cual de todas era en realidad.
La calidez de sus dedos logro quemarle la
piel al sujetarla, la había sentado sobre el piso tan sólo segundos antes de
que desplomara en él.
Lo único que le impedía cerrar sus ojos para
luego dejarse ir era su olor, debajo de toda aquella esencia de nicotina había
algo que realmente le agradaba.
Sus manos frías se aferraron a su camisa para
luego dejarse caer sobre él; su nariz rozó su cuello y ella aspiró.
—Apestas—Logró susurrarle. Y él le sonrió.
^^^^
Sus dedos fríos dibujaban pequeños líneas
curvas sobre su piel pálida en un intento de hacerla despertar, según su
hermano llevaba ya un buen tiempo dormida.
No estaba seguro de poder lograrlo, sus
episodios de bella durmiente solían extenderse a más que sólo unas horas.
Sus párpados se abrieron pesadamente y
volvieron a caer segundos después.
—Lucas estuvo...
—¡Lo olvidé!—Susurro adormilada.
El chico se levantó de su cama al verla
reaccionar, avanzo curioso hacia el espacio que Helena había tomado para
trabajar.
Con el efecto del sueño aún en todo su cuerpo
se adentró en el cuarto de baño, tenía al menos una hora para aclarar sus
ideas.
Salió minutos después con el cabello envuelto
en una toalla, vestida de negro como ya era costumbre y la piel perfumada a
jazmín. Su aroma dulce llenó la habitación hasta el más recóndito escondite.
El retrato de Eleonor descansaba sobre su cama mientras Bill lo observaba atónito.
—¿Nos vamos?—Fue lo único que salió de su
boca. Helena lo observo por un momento y luego le sonrió.
Sólo pudo volver a dormir cuando Bill decidió
dejarlo en paz, supuso que se había ido junto con ella, cuando sus ojos
percibieron la penumbra en su habitación.
Había dormido bien al menos lo había hecho
por un lapso aceptable, sin despertar sobresaltado y sin aquella maldita
sensación que quedaba en el cada vez que soñaba con ella.
Ni siquiera el hecho de tenerla a sólo un
piso de distancia había apaciguado su temor.
¿A qué demonios le temía ahora?
Acostado boca abajo y con su barbilla apoyada
en uno de sus brazos, sentía como la frustración de lidiar con alguien como
ella hacía estragos en él.
<No te involucres más de lo que debes>
Advirtió de nuevo la voz de B-B.
Cada vez que hablaba con ella aquella frase
salía a reducir, podía percibir el temor en su voz aterciopelada.
Advirtiéndole de una manera sutil que lo
mejor para ambos, para él era no involucrarse más.
TOC: Trastorno obsesivo compulsivo.
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