viernes, 15 de noviembre de 2013

Capítulo 47

                                   


—¿Cuanto lleva dormida?

—Todo el día.

—Y... Um... ¿Que hace aquí?—Preguntó Bill con prudencia.

No le molestaba tenerla allí en lo absoluto más si le sorprendía. Tom solamente suspiro al cerrar la puerta con cuidado.

—No lo se, ni yo lo se.

Tenerla a tan sólo unas cuantas puertas de distancia al menos le aseguraba que estaba "bien". Y eso por el momento le bastaba.

Querer protegerla de algo de lo que no estaba seguro había sido el intento fallido de otros. Su hermano, su abuelo, B-B, su padre y... Caleb?

Tarde o temprano Helena le patearía en el trasero educadamente como a los otros. Sabía que no debía involucrarse más de lo que B-B le había advertido más algo dentro suyo parecía conmoverse cada vez que ella estaba cerca.

Despertó tarde por la noche la encontró merodeando descalza en una de las salas de estar en la parte superior de la casa.

—¿Tienes hambre?—Preguntó Tom, al reposar su peso en el marco de la puerta.

—No mucho.

—Me gustaría... Cambiarme 

—Bill trajo algo de tu ropa, la dejo en tu habitación.

Una pequeña maleta con algo de su ropa, algunas de sus cosas personales, el cargador de su celular, libros. Tenía lo suficiente para un par de semanas quizás un poco más.

El chico parecía haberse divertido seleccionando para ella algunas de sus prendas más elaboradas.

Un pantalón de cuero ajustado que había olvidado que lo tenía y no había tenido el valor para usarlo, un sweater ligero y holgado. Había sido su elección para esa noche. 

—Tienes hambre—Masculló Bill al devorar fideos de una pequeña cajita de comida China.

Dejo la caja en sus manos al adentrarse en la habitación para terminar de desempacar su ropa.

—Deberíamos ir de compras uno de estos días.

Helena le sonrió para luego llevar a su boca un poco de fideos.

—Supongo que podríamos ir.

Bill curioseaba entre sus cosas y a Helena parecía no importarle el sonido de mar atraía más su atención.

De pie junto a la ventana y con la caja de comida China aún en sus manos observaba por la ventana.

—¿Crees que podrías hacerlo por mi?

—¿Hacer que?—Preguntó Helena confusa. Bill había estado hablando por minutos y ella no lo había escuchado.

—Las fotografías.... Ya sabes 

—¿Quieres que te fotografié?

El chico sonrió entusiasmado y ella le sonrió. Continúo hablando sobre algo a lo que no puso atención.

Le apenaba no hacerlo más en su cabeza solo había espacio para una solo casa, porque la había pedido venir con el?

Una sensación extraña le recorrió su columna vertebral al percibir su presencia en el umbral. 

Reposando su peso sobre el la observaba.

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